sábado, 15 de septiembre de 2012

Una tregua en lo indescifrable..

Ahora que mi cuerpo reconoce las distinciones de sombras, ahora que un camino me invita ansioso en su recorrido, simplemente ahora es que un cuestionamiento me paraliza frente a tus ojos de lenguas tan diversas…
La Luna se invagina en cada roce, el sol no desea ya salir. Son simples toques que tu alma rechaza, ya no sueñas un mágico porvenir…
Tu mirada habla el idioma de tu mente, tu cuerpo traduce intrincados deseos.
Hoy no me decido que lengua traducir, porque prefiero no leerte a sufrir. Prefiero ahogarme en el mar de dos cuerpos fundidos a interrogar aquellos por qué…
A veces me pregunto si siempre seré así. A veces me rehúso a cambiar, porque prefiero que mi cuerpo sienta las consecuencias de la transparencia a mentirle al músculo que late cuando te ve…
Si hablamos de tiempos, considero que éste no tiene medida cuando existe la variabilidad. Considero que nada es estático, mucho menos una sombra que sufre el intento de amar cuando esperando se cansa, suspira y ansiosa desea por el telón escapar…
Una mirada penetro mi alma. Una mirada me vocifero tu nombre…
Una simple y profunda mirada me hizo conocer, aunque en partes, el miedo efímero que te envuelve y me aleja día a día de tus brazos.
Así y todo, solo en mis luchas internas, te veo tras un cálido beso. Sin embargo el corazón no se contenta cuando tras las rosas espera un nuevo ataque. Mi corazón tiene tanto miedo como el tuyo. Él también sufrió pero huye de su egoísmo para verte una vez más.
Tu corazón temeroso se esconde esperando apaciguar los sentidos y dándole vía libre solo al cuerpo en el intento por no desfallecer.
“Solo se que no se nada...” La frase tan quemada por los pasillos de cada facultad y a la vez el conjunto de palabras que me identifica en el mismo instante que te veo, ardiente de a momentos, nadando en las aguas de la indiferencia y el temor sin causas…
Solo deseo el reflejo de la transparencia en tu mirada.
Solo una razón justa para no dejarse amar…