Fiebre de comienzo...

Cuando cada parte de mi naufraga bajo el efecto poco amistoso de la fiebre, es cuando los demonios subyacentes corren desesperadamente para demostrarme que siempre estarán allí junto a mi en los mas débiles momentos…
Cada dolor incesante de mi cuerpo me recuerda que debo permanecer aquí, pero me muestra cuan cortometraje todo aquello que podría y no puedo hacer por aferrarme a la esperanza de mi propio bienestar…
Recuerdos de una noche anterior cuando dos miradas encontraron las respuestas de lo que solo querían ignorar. Simples recuerdos de tu mirada penetrando la mía pero manteniendo su propio lenguaje tras cada pestañeo…
Incógnitas que nadaron por mi cabeza una vez arribado el calor. Incógnitas que translucen una inseguridad latente y tras cada mejoría se traduce en simples escudos de personalidad.
Sencillas dudas sobre un tiempo, poco o mucho, que condiciona cada sentimiento envolviéndolo para “descarte”.
Y de esta manera, solo ponemos nuestra energía en cosas que no son favorables para la “etapa” que transitamos.
Con temores a sufrir y pánico a ser comparados. Solo sabemos que somos únicos en nuestra combinación y ya más nada interesa que naufragar juntos en el mar de fiebre que nos rodea cuando ya no esperamos nada del pasado, sino que incursionamos de la mano por un incierto comienzo…

¿Cobardia o... Cobardia?

Hasta el cansancio me preguntarè una y mil veces si cada palabra que me guardè fue por orgullo o porque claro està es màs fàcil recomendar que practicar, màs fàcil hablar sin decir, màs fàcil ver pasar la vida sin jugarte por nada, sin arriesgar por miedo a perder, por miedo a eso que muchas veces llamamos rechazo o fracaso y no es màs que una buena manera de crecer habiendo tocado fondo en lo que a eso respecte..
El terror a ser humillado nos convierte en mediocres, el terror a caminar nos dejara sentados de por vida mirando y suponiendo aquello que pudo ser y no pasò por un simple miedo, una absurda verguenza o un implacable pero limitante orgullo...
Hoy, a minutos de gritar un sentimiento, me callè...
Hoy me siento mediocre en lo que a mi misma me defino como cobarde.
Hoy deje pasar un tren con los vagones de lo que pudo ser tràgico para mi corazòn o quizàs el remedio que èl mismo buscò durante meses pero temeroso se limitò a esconder...
Con los ojos envueltos en làgrimas, escupì lo que pensaba y de la misma manera lo guardè para mi misma.
Quizas hubiera servido de algo... o tal vez no, me quedarè con la duda del simple producto de mi cobardia. Pero si de algo tengo la certeza es de no saber a ciencia cierta las pretenciones del mùsculo que invade mi pecho y solo a èl le echo la culpa de mi indecisiòn...
Èl sabe que necesito, sabe lo que quiero pero prefiere dejarle su curso al tiempo cuando èste ya no comparte mi aflicciòn...

Tres puntos en mi cabeza (. . .)

Con deseos de expresar y sin encontrar la manera, quedo plasmada junto a la pluma...

Con ganas de salir corriendo y resignandome, me siento tras cada eslabon de esta cadena...

Dia de potencial sin ninguna imaginacion, durmiendo tras la linea de lo que no llega a sucumbir mi cuerpo por descansar en la curva de lo subumbral...

Todo encuentra relacion tras cada pagina de la ciencia que me rodea, todo encuentra su final, aunque opacadamente, tras cada punto de mi razon...

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