¿Quien no ha desconfiado de alguien alguna vez? Cuantas veces llenamos nuestra cabeza de suposiciones sin sentido sin siquiera conocer completamente al otro y tarde o temprano caemos en la desilusión de que ese mundo armado y cada vez mas grande sobre ese ser, nunca dejo de ser eso... una simple suposición.
Vamos por la vida observando sigilosamente los movimientos y las jugadas de quienes nos rodean que la mayoría de las veces perdemos de vista nuestro propio juego y cuando queremos salir corriendo tras el, el tiempo paso y las oportunidades se perdieron…
En cuantas ocasiones una mirada, un gesto o solo una palabra basta para dar comienzo a un mal entendido y cuantas veces por orgullos absurdos o por la simple boludez de demostrar que uno no se rebaja ante el otro porque quien sabe!, a veces en nuestra propia cabeza somos “mas”… no se “mas que” cosa o que quien pero buscamos ser seres grandiosos y olvidamos que una suposición que desencadena en malentendido puede arruinar una relación de indistinta “jerarquía” muchas veces tirando por la borda cualquier relación previa…
Obviamente nuestra sociedad no se caracteriza por una nobleza envidiable por lo cual no vamos a descartar que muchos actos de desconfianza sean con justa razón. Pero que lindo seria si esa Desconfianza fuera algo de otro mundo y que lindo seria si nadie diera motivos para su existencia… que bella utopia esta que reposa en algún lugar de mi mente…
Hablando de este tema no puedo dejar pasar la desilusión que sentí cuando desconfiaste de mi, cuando creíste que yo podía lastimarte, cuando dejaste de ver el horizonte por solo limitarte a una locura o el antojo de alguien que seguro no desea lo mejor para vos ni tampoco tiene el coraje para ser protagonista de tu tristeza..
Como fue que creí que con el tiempo me conocerías, y no solo con el tiempo sino con todas esas veces que fuiste el dueño indiscutible de mi corazón tan abierto y transparente como lo es ahora pero sin estas heridas que son el fruto de tu desconfianza, esa misma que rompió para siempre cualquier intento por mantenernos lejos pero cerca.
El tiempo pasa como lo hace siempre sin golpear a nuestra puerta…
Aun no se quien fue capaz de lastimarte, aun no imagino quien quisiera hacerlo. Solo de algo tengo la certeza y eso no me deja dormir. Un corazon noble, como creí que portabas, no puede suponer jamás la maldad que no esta en él. Y de esta manera en conjunto a tu desconfianza se adhiere la desilusión que siento por haber sido tan ciega junto a quien perdió su tiempo y sus jugadas por estudiar los movimientos ajenos.