
El terror a ser humillado nos convierte en mediocres, el terror a caminar nos dejara sentados de por vida mirando y suponiendo aquello que pudo ser y no pasò por un simple miedo, una absurda verguenza o un implacable pero limitante orgullo...
Hoy, a minutos de gritar un sentimiento, me callè...
Hoy me siento mediocre en lo que a mi misma me defino como cobarde.
Hoy deje pasar un tren con los vagones de lo que pudo ser tràgico para mi corazòn o quizàs el remedio que èl mismo buscò durante meses pero temeroso se limitò a esconder...
Con los ojos envueltos en làgrimas, escupì lo que pensaba y de la misma manera lo guardè para mi misma.
Quizas hubiera servido de algo... o tal vez no, me quedarè con la duda del simple producto de mi cobardia. Pero si de algo tengo la certeza es de no saber a ciencia cierta las pretenciones del mùsculo que invade mi pecho y solo a èl le echo la culpa de mi indecisiòn...
Èl sabe que necesito, sabe lo que quiero pero prefiere dejarle su curso al tiempo cuando èste ya no comparte mi aflicciòn...
me encanto! no sabia que escribias tan lindo...
ResponderEliminarespero seguir conociendote, besos!