ANAGKÈ: nuestra fuerza superior

Si tuviéramos la misma capacidad para evaluar y apreciar las cosas buenas como las consideradas desgracias o solo perjudiciales que nos suceden día a día, quizás entonces veríamos a la vida por su real significado, valoraríamos cada momento sin explayarnos en angustias enfermantes e innecesarias y el mundo seria otro…
Sin embargo los días se limitarían a un ideal que posiblemente carecería de sin sabores. Asi, probablemente estas metas perderían su significado y TODOS dejaríamos de luchar…
Vamos por la vida buscando un facilismo irreal que abarque a todos los ámbitos de nuestro pequeño mundo pero sin embargo procuramos lograr una homeostasis tal que nos de motivos de lucha…
Que serian mis días sin pelearla por algo que sueño venir?
Donde quedaría la esperanza de la masa ansiosa por ver algo cambiar?
Si bien creo que nada de lo que hagamos modificaría un futuro y una consecuencia inevitables, buscamos con todas nuestras fuerzas proyectarnos a partir de nuestros actos y ansiamos una vida soñada que lejos esta muchas veces de ser el producto de estos factores…
En estos últimos años realmente me pregunte a mi misma en que creía dado que considero firmemente que hasta quien se considera agnòstico necesita creer en “algo” o tal vez “alguien” superior para lograr una explicación reconfortante a todas aquellas incógnitas que nuestra cabeza expulsa sin previo aviso. Y realmente no se si alguna vez sabré en que o quien creo pero encuentro en el destino, especialmente relacionado con la predestinación, una respuesta a todo aquello que perturba mi cabeza en esas noches de sueño o alcohol morboso que solo busca liberar en una charla casual distintos puntos de vista sobre un tema que realmente NADIE puede hablar con sincero criterio.